Una pasión que me arraiga a ese legado que va más allá de la humanidad, ellos son parte fundamental de aquella verdadera magia que duerme en nuestro interior y que despierta con el primer punto trazado. El círculo es y será siempre un símbolo representativo de la conciencia y sus diferentes planos, de la vida, la muerte y el renacimiento.
La creación de mándalas, la meditación en ellos y la simple observación, representan una puerta que se abre generosa hacia nosotros mismos ampliando la perspectiva del universo en su totalidad.
“Solo se volverá clara tu visión cuando puedas mirar en tu propio corazón, Porque quien mira hacia fuera sueña, Y quien mira hacia dentro despierta”. Carl G. Jung
(Exposición Elenaborg: Desde lo Interior)
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